domingo, 8 de junio de 2008

Un día con el proyecto "Escuelas para el Desarrollo Comunitario"

Chalhuahuacho 8 de junio del 2008

El día empieza con una temperatura de un poco menos de 0º a 3800 msnm. Pero eso poco debe importar, el día no perdona y hay que salir lo más temprano para alcanzar la entrada de los docentes.

Esta mañana nos dirigimos a la escuela de Picosayhuas y para llegar a ella hay que viajar dos horas y media por una carretera muy accidentada.


Nuestro trabajo implica caminar al lado de los docentes, junto a ellos miramos al horizonte para trazar un futuro diferente, el desafío es grande, los obstáculos enormes, el frío al lado de todo eso es insignificante. El saber que más allá está la felicidad para estos niños y niñas y que el país puede dar un paso adelante, esta es nuestra mayor motivación para seguir trabajando.


Saliendo a las 5:30 a.m. llegamos a Picosayhuas a las 8:00 a.m. la carretera en el último tramo ha sido castigadora con nosotros, la escuela está desierta, pensábamos encontrar a los primeros estudiantes, pero nosotros hemos sido los primeros. Por el horario de invierno, las clases están empezando a las 9:00 a.m. eso nos da tiempo para empezar a tomar fotos y dar la bienvenida a los primeros estudiantes. Un poco más de las 8:30 llegan dos docentes de la institución y empezamos a conversar con ellos. Nos cuentan que la profesora está con una terrible tos y hoy no vendrá a clases. Debe caminar una hora para llegar a Progreso en donde hay una posta médica. Conocemos a la docente y realmente debe estar muy mal para faltar a clases, es una joven muy comprometida en su trabajo y rara vez falta.


Los niños en las zonas rurales generalmente son muy cariñosos y amigables. Nos llama la atención que cada uno de ellos llegue a la escuela con un pedazo de "bosta", excremento seco de vaca o caballo. Servirá para hacer el desayuno escolar. Casi imperceptiblemente empezamos a notar a una mujer que se mueve muy silenciosamente, pero con paso apresurado como tratando de ganarle al tiempo. Es la Sra. Julia, que está juntando agua para preparar el desayuno de los estudiantes. Como casi siempre las "mamitas" son señoras alegres y conversadoras y siempre prestas a responder tus preguntas.


Nosotros no queremos interrumpir las labores cotidianas de la comunidad educativa, intentamos solamente registrar datos y conversar con los docentes acerca de sus actividades pedagógicas. A pesar de ello, los docentes esa mañana no dejaron de mencionarnos en la formación escolar. Ruth Mamani, Luis Hiraoka y yo (Pedro Pachas), no podemos negarnos a tomar la palabra en la formación para dirigirnos a los docentes y estudiantes.

Nos sorprende de manera impactante que en cada escuela se repite la incapacidad para coordinar a nivel curricular y pedagógico, ante la falta de la docente, ninguno de los docentes presentes tomó la iniciativa para ver qué se hace con los estudiantes que no cuentan con alguien que los atienda. Finalmente los niños y niñas se quedan en el patio a su suerte y los otros dos docentes entraron en sus secciones como si fuese un día normal.


En este tipo de visitas generalmente encontramos cosas que nos llaman la atención permanentemente, una serie de actitudes de los docentes que al parecer no son conscientes de sus consecuencias, lo hacen con naturalidad porque otros docentes lo hacen o porque en otras escuelas donde han laborado se lo han enseñado. Presento un par de ejemplos a continuación.


Me sorprendió mucho ver una mañana sobre la mesa del docente un látigo, simplemente la sensación es de terror, no podría decir cómo es exactamente lo que sienten los estudiantes, cómo fue ese proceso de ver ese instrumento como parte de su educación y formación, en ese instante me puse a recordar que no hay institución educativa ni maestro que no tenga durante su sesión de aprendizaje un palo en la mano.

Lo más sorprendente es ver en la entrada del salón las ojotas de los niños y niñas, lo he visto tres veces por esta zona y es realmente impactante, choca con lo más profundo de mi identidad, sensibilidad y humanidad. Mientras tomaba las fotos, yo sabía que esto pasa muy seguido en zonas andinas y que no solamente son las ojotas sino que también son los chullos o los ponchos, pero saberlo y verlo son dos cosas distintas.

Le preguntamos al docente por qué hacía eso y nos dijo que "a los niños les encantaba dejarlas allí", justo en ese momento pasó un niño con el pie vendado con un pedazo de papel, porque se había cortado. Un silencio atravesó el corazón y la conciencia de la docente.

Luego intentó justificar el hecho diciendo que siempre ha sido así y le pedimos más explicaciones, y nos dijo que era para no ensuciar el piso del salón de clase y Luis Hiraoka le preguntó, "¿por qué Ud. sí puede entrar con zapatos?", y si nosotros teníamos que quitarnos las botas para entrar al salón, la docente dijo: "no, ustedes no". Que dolor ante estas respuestas, el escuchar "ustedes no" y "¿quiénes somos nosotros?".

Le preguntamos sobre los estudiantes que tienen zapatillas de lona, ¿por qué ellos no se sacan las zapatillas?, no nos supo responder, acaso los zapatos y zapatillas ensucian menos que las ojotas?, ¿Acaso el piso es más importante que el pie de esos niños?, acaso mi pie es más importante que el de esos menores, no termino de entender la razón, la cuestión es que Luis le pidió a la docente que los niños salgan del salón y se pongan sus ojotitas.


Dios, causa dolor hasta contarlo, no sé; si alguien me dice que tengo que andar descalzo para no ensuciar el piso, pucha! siento que mi pie es más sucio que el suelo, que mi cuerpo es menos importante que el salón de clases. Mi mayor deseo sería dejar de usar mi sucia ojota y comprarme unas botas como las de mi docente.

Quiero pensar que en esta inconsciencia colectiva de los docentes no hay maldad ni intención de causar daño en sus estudiantes, porque si fuera lo contrario, la prisión sería un castigo de risa para tremendo daño.

No solamente encontramos este tipo de "ciegas" intenciones dañinas, sino que también nos topamos con cuadros lamentables de condiciones por debajo de las mínimas en algunas escuelas y colegios. Hago una diferencia que a veces no es tan notoria, una escuela es una I.E. primaria y un colegio es una I.E. secundaria, esto ha sido así desde que tengo uso de razón. Y vale mucho en las zonas rurales y altoandinas, es un sello distintivo y parte del lenguaje educativo. Así pues en el colegio de Cconccacca nos encontramos con aulas deprimentes para el estudio e inhumanas considerando el frío de los meses de junio y julio.


Sin tratar de hacer mucha propaganda a la empresa Xstrata Perú, hay que reconocer que apoya en la infraestructura de todas las instituciones educativas primarias de la zona de influencia, no es para estas zonas cuestión de imagen, es cuestión de vida, es cuestión de atender la salud y dar un poco de "calor" a las clases del día a día. Por lo menos en las 09 escuelas en las que trabajamos con el proyecto, Xstrata o las ha levantado completamente o ha hecho reparaciones y mejoras.


Tampoco queremos salir de las escuelas impresionados por su infraestructura, bien dice el dicho "aunque la mona se vista de seda...." nosotros seguimos buscando trabajar en procesos humanos, dar un taller es fácil y para los docentes en el mejor de los casos es "solamente lo que han recibido durante años" talleres y talleres, teoría y teoría. Hay que ver con claridad que lo importante es llevar a cabo procesos, eso es lo que se necesita y lamentablemente, le caiga mal a quien le caiga, hay que llevarlos de la mano, no es lo ideal, pero la realidad es que dándoles la fotocopia "aquí" no pasa nada. Porque no tiene las herramientas, las experiencias previas, los referentes, no los tienen ni los han tenido cuando eran estudiantes de formación superior.

Por eso nuestras actividades no terminan en los talleres de formación personal y profesional, sino que empiezan. Empieza un proceso de construcción de herramientas, de estrategias, de insumos pedagógicos, sobre los que somos conscientes que no son productos terminados sino en proceso. Nuestras visitas no evalúan si lo que han construido en el taller está siendo aplicado, sino, si en el docente ha habido un cambio de actitud y un cambio de mirada sobre su actividad educativa.


Es alarmante que el Ministerio de Educación, no se de cuenta que elevando el número de horas efectivas de clase no se mejora la calidad educativa, no conoce a sus maestros, sabe el nivel en el que están y quiere ser la "Hada madrina" que con la varita del examen "cambiará la situación". Veo a estos docentes, que se van haciendo amigos míos, veo sus impotencias, sus temores, sus limitaciones y deseos de mejorar. Pero como están las cosas, una política así, normativa, sancionadora, atemorizadora, no cambiará realmente el problema. Ese tipo de política supone que los docentes son los flojos, desidiosos, que no quieren hacer las cosas bien y "los trabajan" al miedo. Lo que yo veo es una gran deformación docente que no es solamente desidia, sino que es una "invalidez profesional". No porque ellos quieran sino porque otros permitieron que fuera así.










Por ello "Encuentros Casa de la Juventud" apuesta por procesos, acompañamientos, asesorías, talleres, jornadas pedagógicas, que en sí implica más presupuesto, personal calificado y experimentado en el tema, pero que lleva a los docentes por un camino más saludable y más justo para ellos, en esas circunstancias el docente que no quiere involucrarse ni embarcarse en ese proceso siendo invitado, recién podemos podemos decir que reina la desidia, la flojera, la apatía, y ese docente sí le está dando la espalda al cambio.


Me quedo con la sonrisa de los niños y niñas, de los padres y madres, pero no con una sonrisa inmediata, me quedo con la sonrisa eterna de tener la oportunidad de vivir un futuro mejor, un futuro con iguales oportunidades para ellos y ellas. Quiero verlos y verlas reír sabiendo que el mañana es un abanico de posibilidades para ellos y no un destino inevitable e inesquivable.



Saludos y gracias a los que nos dan su apoyo y nos motivan con su trabajo.




Pedro Pachas Vivanco

Coordinador Local de Encuentros Casa de la Juventud
Proyecto Las Bambas-Xstrata Perú